El Alzheimer alteraría la percepción del dolor en una persona, lo que dificultaría la capacidad de reconocer cuándo siente dolor, muestra un estudio reciente.
No detectar el dolor podría hacer que haya problemas de salud subyacentes que se queden sin tratamiento, lo que conduce a complicaciones graves, como el daño de algún órgano, advirtieron los investigadores de la Universidad de Vanderbilt, en Nashville.
Durante el estudio de 3 años, los investigadores realizaron pruebas a dos grupos de adultos que tenían 65 años como mínimo. Un grupo estaba compuesto por personas a las que se había diagnosticado Alzheimer, que afecta a las habilidades de pensamiento, a la memoria y al intelecto. Los miembros del segundo grupo no sufrían de la enfermedad neurológica progresiva.
El estudio usó un dispositivo para que los participantes notaran sensaciones de calor distintas, y les pidieron que informaran de su nivel de dolor. Después de las pruebas, los investigadores analizaron los autorreportes del dolor.
«Vimos que los participantes con Alzheimer necesitaron unas temperaturas más altas para reportar la sensación de calor, dolor leve y dolor moderado que los otros participantes», dijo el primer autor del estudio, Todd Monroe, profesor asistente en la Facultad de Enfermería de la Universidad de Vanderbilt. «Lo que no encontramos fue una diferencia entre ambos grupos en los reportes de qué tan desagradables eran las sensaciones a cualquier nivel».
Los participantes con Alzheimer eran menos capaces de reconocer cuándo sentían dolor, pero su tolerancia al dolor no se había reducido, halló el estudio.
«Aunque encontramos que su capacidad para detectar el dolor se vio reducida, no encontramos ninguna evidencia de que las personas con Alzheimer estuvieran menos perturbadas por el dolor ni que el dolor se vuelva menos desagradable a medida que la enfermedad empeora», señaló Monroe en un comunicado de prensa de la universidad.
Se necesitan más estudios para explorar la percepción al dolor en las personas con Alzheimer, dijeron los investigadores. Añadieron que los médicos deberían usar varios métodos para evaluar el nivel de incomodidad de un paciente, incluyendo las escalas de dolor, los cambios conductuales y la comunicación no verbal, como las expresiones faciales. Esto es particularmente importante cuando los pacientes de Alzheimer empiezan a tener problemas con la comunicación verbal, dijeron los autores del estudio.
«A medida que la gente envejece, el riesgo de desarrollar dolor aumenta, y a medida que la población de personas con una edad avanzada sigue creciendo, también aumenta la cantidad de personas con Alzheimer», dijo Monroe. «Necesitamos encontrar maneras de mejorar el cuidado del dolor en las personas con todas las formas de demencia y que ayuden a aliviar el sufrimiento innecesario en esta población muy vulnerable».
Los hallazgos del estudio aparecen en una edición reciente de la revista BMC Medicine.