A pesar que el principal factor de riesgo es la edad, hay una serie de cuidados que podemos considerar si es que el Alzheimer se presenta en nuestra genética.
Este tipo de demencia senil es la más común en la tercera edad. Es una enfermedad degenerativa de nuestros sistemas cognitivos y motrices debido al paso del tiempo pero hay otros factores a considerar.
Es importante mencionar que el hecho que nuestros padres, madres, abuelos y abuelas presenten la enfermedad, no significa que nosotros la tendremos. Puedes leer más sobre la herencia y el Alzheimer acá.
Para ordenar mejor el complejo panorama del Alzheimer, dividiremos los factores en dos: aquellos que no están en nuestras manos y aquellos que sí pueden ser controlados por nosotros.
Factores de riesgo no modificables del Alzheimer
Esta es la base de riesgo, pues son dos factores que no pueden ser detenidos o reemplazados.
- La edad: Vemos cómo envejecemos por fuera pero eso también pasa por dentro. La calidad de nuestros órganos y sistemas también son víctimas del paso del tiempo.
El Alzheimer suele aparecer desde los 65 años en promedio, donde muchas personas presentan sus capacidades cognitivas y motrices alteradas debido al envejecimiento celular, muscular y general.
- La genética: Aún cuando el Alzheimer no es una enfermedad hereditaria, existe un pequeño margen de diagnósticos que son atribuidos a su información genética.
Hay ciertos genes que pueden generar mayor vulnerabilidad pero no son determinantes por su propia existencia. Este factor es sumamente importante pues es una predisposición genética puede ser influida por los factores modificables.
Factores de riesgo modificables del Alzheimer
En este apartado nos referimos a factores de riesgo sobre los que podemos hacer algo mediante nuestro estilo de vida, bienestar general y resguardos cotidianos.
- Cuidar el corazón y la cabeza: Por raro que suene, los golpes en la cabeza pueden ser un factor de riesgo muy relevante a la hora de desarrollar o apurar la aparición del Alzheimer.
Tal como hemos aprendido a cuidar la salud de nuestro corazón mediante una dieta equilibrada, deporte y el control de excesos, es importante proteger nuestro cerebro en caídas, golpes e impactos.
- Estilo de vida saludable: Pensando en el cuidado de la salud cardiovascular y en nuestro buen envejecimiento, es recomendable mantener una dieta equilibrada en nutrientes y vitaminas, evitar las grasas saturadas, no consumir demasiado alcohol y alejarse del tabaco.
Sin embargo, no se trata solo de nuestra alimentación. Cuidar nuestro cerebro también pasa por llevar una vida activa, no caer en el sedentarismo y proteger la higiene del sueño durmiendo las horas necesarias.
- Mente activa: Está comprobado que un buen envejecimiento cerebral puede demorar la aparición de Alzheimer. Para esto, es recomendable desafiar nuestro ingenio y memoria con actividades cotidianas como cambiar las cosas de lugar, tener conversaciones largas, contar anécdotas de años pasados, hacer rompecabezas, dar nuestra opinión sobre películas o series que hayamos visto.
- Control general: La ciencia ha apuntado a que el Alzheimer puede aumentar con otras afecciones del cuerpo. Es por eso que recomendamos mantener controladas y a raya posibles cardiopatías, la diabetes, los accidentes cerebrovasculares, la presión arterial alta y el colesterol malo.
No por nada se dice que el corazón y el cerebro están conectados, por lo que tener en cuenta estos factores de riesgo pueden hacer una gran diferencia, sobre todo si tenemos historiales familiares con Alzheimer.
Puedes revisar en profundidad estos factores modificables en nuestra nota ¿Cómo prevenir el Alzheimer?
En Villa Soleares contamos con un completo equipo que puede ayudarte con dudas sobre este tipo de demencia desde su prevención hasta los tipos de servicios que ofrecemos para pacientes con un diagnóstico avanzado.